El 1 de enero del 2018 por la tarde, el Corazón de San Vicente de Paul visitó a su pequeño rebaño. ¡Vino a luchar por nosotras para fortalecernos y animarnos en nuestra vocación!
El 2 de enero, la veneración estuvo abierta a todos los que lo desearon y muchos fueron los que asistieron y confiaron sus intenciones ya que contaban con la intercesión del Santo. Las Hermanas Stanislawa y María Teresa, hijas de la Caridad y enviadas en misión para este viaje a través de Francia, compartieron nuestras vidas durante 3 días lo que nos permitió fortalecer los lazos con la familia vicenciana.
Antes de marcharse el día 3 de enero, el corazón visito los lugares de apostolado y, sobre todo, se detuvo con nuestras hermanas enfermas y con las residentes. Pudimos inmortalizar el acontecimiento debajo del cuadro de la entrega de nuestra Constitución por San Vicente a nuestras Madres.
Fueron momentos de gracias personales y comunitarias. ¡Gracias Señor! ¡Gracias San Vicente!